lunes, 5 de febrero de 2007

Ya Llegaron los Mártires

Aldea Xaxmoxan. Chajul, Quiché, Guatemala.
Enero 25-6, 2007.
Tema: Pos-Guerra / Resarcimiento


Entre las nebulosas cumbres que atraviesan el departamento del Quiché se encuentra el municipio de Chajul, integrante del llamado Triangulo Ixil – como referencia al principal grupo Maya étnico que habita los tres municipios pertinentes. Durante el conflicto interno que sacudió Guatemala por 36 años, la población civil del departamento del Quiché fue la más castigada con 263 masacres registradas, según el informe de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI) Guatemala: Nunca Más.


En Noviembre de 2004, la Coordinadora Nacional de Viudas en Guatemala (CONAVIGUA) comenzó los trámites de recopilación de testimonios sobre el paradero de ciertas víctimas del conflicto interno en las aldeas de Juá, Chel y Xaxmoxan, municipio de Chajul. Las exitosas exhumaciones, llevadas a cabo durante una larga porción del año 2005 por miembros de la Fundación Antropóloga Forense de Guatemala (FAFG), proveyeron los restos de 14 víctimas identificadas.


El 25 de Enero, 2007, familiares de las víctimas se congregaron en la iglesia de la aldea de Xaxmoxan para finalmente recibir los restos de sus parientes. Las víctimas perecieron bajo la llamada política de tierra arrasada que el gobierno Guatemalteco desató en contra de su propio pueblo durante la primera mitad de la década de los 80’s.


Feliciana Macario, directora de CONAVIGUA, se dirige a los familiares de las víctimas previo a la entrega de los restos. Familias enteras de Xaxmoxan se presentaron al evento, al igual que residentes de las vecinas comunidades de Juá y Chel. Los tres poblados son separadas por tan solo un par de kilómetros entre si.


Joseph Fuentes, Antropólogo Forense perteneciente a la FAFG, demuestra algunas prendas encontradas en las fosas comunes en esperanza que sean reconocidas por familiares de las víctimas.


Entre el cabello de una víctima todavía se encuentra la cinta que tradicionalmente usan en la cabeza las mujeres de la región. El informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) relata que “el 24 de marzo de 1982... Los soldados fueron a traer gente de la finca Caracolito y de la aldea Xaxmoxan [a la finca La Perla]. 175 hombres fueron ejecutados... También murieron algunas mujeres y niños, sobre todo jóvenes. De la comunidad huyeron 250 personas, de éstas murieron 25 a causa de la enfermedad y la inanición” (CEH, Capitulo II, Parte II, pp. 340-1). Esta es conocida como la masacre de la finca La Perla.


El proceso de entrega duró un par de horas y algunos familiares vieron la necesidad de esperar. El fallecimiento de estas 14 víctimas se calcula entre los años 1980 y 1983. Precisamente el informe REMHI declara que cuatro masacres ocurrieron en el área de Chel durante estos años y una en la finca La Perla (REMHI, Tomo II, p. 42).


El ataúd de Genara López López es arreglado por el Antropólogo Forense Alejandro Urízar mientras familiares observan.


Beltrán López (al frente), hijo de Genara López López, indica que su madre murió en la cercana aldea de Chel durante la masacre de Marzo de 1982. “Gracias a Dios que ya llegó” expresó el señor López.


Miembros de una familia se preparan para transportar los restos a un lugar donde será velada la víctima.


En su mayoría, los ataúdes fueron decorados con mantas similares a las usadas por las mujeres de la región.


Durante la noche, velorios individuales se llevaron acabo en las aldeas de Juá, Chel, y Xaxmoxan.


Al que habla otra lengua, dale amor,
Al que piensa distinto, dale amor.
No te importa la raza o el color de la piel
Ama a todos como hermano y hace el bien.
Al amigo de siempre, dale amor.
Y al que no te saluda, dale amor
.

Letra de canción cantada durante un velorio.


Familiares observan y escuchan desde el otro lado de la habitación.


Durante la mañana del 26 de Enero, residentes de Xaxmoxan se dirigieron hacia el cementerio comunitario para efectuar un entierro digno del cual las víctimas fueron negadas por más de 20 años.


Los restos de una de las más de 200,000 víctimas que cobró el conflicto interno en Guatemala son descendidos a su destino final.


Congruente con tradiciones Maya Ixil, un árbol denominado Cola de Gallo es sembrado sobre la fosa donde se sepultan los restos de una víctima.


Juan Francisco Pedro es hijo de Ramón Francisco Bautista, caso 3284 del informe de la CEH. Dicho documento relata que “en 1983, en las montañas cercanas a la comunidad de Los Encuentros, caserío Amachel, municipio de Chajul, departamento de Quiché, Ramón Francisco Bautista murió de hambre. La víctima se había refugiado en las montañas, después de la masacre perpetrada por miembros del Ejército de Guatemala, asignados al destacamento de la finca La Perla, en el caserío Juá, de donde era originaria.”

El señor Juan Francisco Pedro se manifestó satisfecho por poder enterrar apropiadamente a su Padre: “Esto es una alegría. Ya llego mi papá. Ya llegaron los Mártires.”


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